Joan_Torres
Viaje a Portugal y Lisboa

Cuando se intenta organizar un viaje a Portugal, el principal inconveniente que uno se encuentra es escoger qué visitar, dado que es un país que encierra gran cantidad de rincones que no querría perderse. Como siempre, la duración prevista condicionará el programa. La propuesta que os traigo, basada en nuestro Viaje en grupo a Portugal se centra en la zona que rodea Lisboa.
Viaje a Portugal, Lisboa, Óbidos y Évora
Esta propuesta es ideal para hacerla en unos seis días, recorriendo la zona central del país, con lugares tan especiales como la propia capital, Lisboa, además de Sintra, Cascais, Estoril, Óbidos o Évora.
El norte del país, con su impresionante Oporto, o el sur, con el Algarve, necesitarán de otra visita, la cual también os recomiendo para otra escapada.
Portugal es una república que pertenece a la Unión Europea desde 1986. En el ranking de destinos turísticos, por volumen de vistantes, ocupa el puesto número 18, lo cual es una excelente posición para un país de sus dimensiones. Su capital es Lisboa, una de las ciudades con más encanto de nuestro continente.
En este vídeo puedes acercarte más a este país
Qué ver en Lisboa
La capital de la República Portuguesa está situada en la desembocadura del río Tajo. Este hecho le da ese aire tan especial que tienen las ciudades que son surcadas por grandes ríos. La organización territorial está formada por 24 freguesias o parroquias. Se fundó sobre siete colinas, las cuales perfilan la ciudad con empinadas callejuelas recorridas por sus característicos tranvías. Es una de las ciudades con mayores temperaturas de Europa, y una de las más lluviosas, por la influencia de la corriente del Golfo.
Lisboa es famosa por sus azulejos, con los que engalanan muchas de las fachadas, por sus cafés, por su oferta cultural y por su amplia oferta nocturna. Son muchas las cosas que el visitante puede ver en Lisboa, por lo que es imprescindible escoger bien. De todas ellas yo me quedaría con:
El barrio de la Alfama
Este barrio, uno de los más típicos, tiene el orgullo de ser además el más antiguo. Su nombre proviene del árabe y significa baños. Ha sabido mantener, a pesar del paso del tiempo, ese encanto que tienen los pequeños pueblos al margen de las aglomeraciones de las grandes capitales. Los restaurantes y las casas de fado ofrecen al turista un paseo tranquilo y pintoresco. El barrio esconde algunos monumentos impresionantes como la propia catedral de Lisboa, o la Iglesia de San Vicente.
El castillo de San Jorge
En lo alto de una de las colinas que dominan el barrio de Alfama, el emplazamiento de este castillo ha sido testigo de la presencia humana desde antes del siglo VI a. C. Aquí han estado asentados fenicios, griegos, cartagineses y romanos. Tiene doce portones, además de dieciocho torres que le dan un aspecto imponente.
Barrio de Belém
Aunque apartado del centro, este barrio está muy bien comunicado gracias a la red de transporte público de Lisboa. Belém se sitúa al borde del mar, en la misma desembocadura del río Tajo, siendo el punto de partida de las expediciones que Portugal realizó durante los siglos XVI y XVII. El viajero no debe marcharse de este barrio sin probar sus famosos pasteles (hechos de hojaldre y crema), en la pastelería que los inventó, situada en la rua de Belem 84. Sólo ver sus vitrinas y la decoración de azulejos del interior ya compensa al visitante.
Pero este barrio tiene muchas más cosas que mostrar, como:
El monasterio de los Jerónimos
Su construcción se inició a inicios de 1501, alargándose más de 160 años, es de estilo manuelino. Tiene una iglesia de una sola nave, sustentada por seis impresionantes columnas. En ella está enterrado Vasco de Gama, en cuyo honor fue construida. Anexo a la iglesia se encuentra uno de los claustros más impresionantes del mundo, de dos plantas, de grandes dimensiones. Pasear por este lugar ayuda al turista a ordenar sus pensamientos. No está de más visitar la tumba del escritor Fernando Pessoa y recordar sus palabras:
«Hay bastante metafísica en no pensar en nada»
La torre de Belén
Esta construcción, terminada en 1519, en sus inicios era una estructura defensiva de la ciudad. Con el paso del tiempo fue teniendo diferentes usos, desde centro de aduanas hasta faro para los navegantes. Llama la atención una de las gárgolas, quizá la más famosa, con forma de rinoceronte, inspirado en el primer animal de esa especie, que fue traído desde la India en el año 1513.
El monumento de los descubrimientos
Se encuentra junto a la torre de Belém, tiene una altura de 52 m. Conmemora las hazañas de uno los grandes descubridores lusos: Henrique el Navegante, el primer europeo en llegar a Madeira, las Azores y Cabo Verde. Fue construido en 1960.
El barrio Alto y el Chiado
Ambos barrios son uno de los lugares de encuentro de artistas de todo tipo, llegando a conocerse al barrio de Chiado como el Montmartre de Lisboa. Este último tuvo que ser reconstruido después de un incendio que lo devastó en 1998. Tienen algunos de los mejores lugares para escuchar fados de toda la ciudad.
El café a Brasileira
Inaugurado en 1905, se encuentra en el barrio de Chiado, con una estatua de Pessoa en su terraza en la que parece indispensable hacerse una fotografía. Es uno de los más antiguos de Lisboa.
Sintra
Esta villa, perteneciente al distrito de Lisboa, reúne extraordinarios palacios y jardines, los cuales le otorgaron el título de Patrimonio de la Humanidad en el año 1995. La belleza de sus construcciones se debe, en gran medida, a que desde el siglo XV fue el lugar elegido por los reyes y nobles lisboetas como lugar de descanso. Sin duda recomiendo recorrerla a pie, a pesar de sus empinadas cuestas, ya que es la mejor manera de descubrir los detalles que decoran sus edificios, y los rincones que se esconden en cada callejuela. Escoger uno de los palacios no es tarea fácil. Quizá me inclinaría por el palacio da Pena; los colores de sus fachadas llaman mucho la atención al visitante. Su ubicación hace de él uno de los más privilegiados, ya que se encuentra en el punto más alto de Sintra. Fue construido en 1836 mezclando varios estilos: desde el neogótico al neorrenacentista, pasando por el islámico e, incluso, por el estilo colonial. Las esculturas que adornan sus balcones son realmente extraordinarias.
Cascais
Antiguo pueblecito de pescadores a pocos quilómetros de Lisboa. Ha sido el lugar preferido de aristócratas y artistas, por la luz que contrasta con las fachadas de sus antiguas villas. Sus calles acogen gran cantidad de tiendas que ofrecen al caminante artículos de artesanía, además de bares y cafés con un encanto propio. Todavía hoy se puede ser testigo de la llegada de los barcos de pesca y de la exposición de sus capturas en la plaza principal. Os presentamos un vídeo con unas excelentes imágenes aéreas de Cascais:
Son varias las playas que bordean Cascais, algunas con tanta nostalgia como la de Guinxo. Además tiene un interesante museo de los Condes de Castro Guimaraes, o el solitario faro de Santa Marta.
Estoril: La Riviera portuguesa
La ciudad de Estoril está a poco más de 20 km de Lisboa, por lo que es un destino muy frecuentado por quienes visitan la capital lusa. Es un lugar imprescindible en cualquier viaje a Portugal. Está recorrida por un paseo marítimo que recomiendo caminar: cruzarlo de punta a punta no lleva más de media hora y ayuda al viajero a hacerse una idea de cómo es Estoril. Fue durante muchos años uno de los destinos más apreciados por la clase alta del país, llegando a ser conocida como la Riviera portuguesa. El lujo con el que se rodeaban se ve en lugares como:
El casino de Estoril
Fue inaugurado en el año 1931. Ha sido fuente de inspiración de novelas y películas como Casino Royale de la serie de James Bond. La ampliación que se realizó en 1960 lo convirtió en el mayor de Europa.
La playa de Tamariz
Está ubicada junto a la estación del tren, a tocar del casino. Agrupa gran cantidad de restaurantes y locales de ocio nocturno, lo que hacen de él un punto de encuentro para los turistas de todo el mundo. Dispone de una piscina oceánica de libre acceso, en dirección a San Joan de Estoril.
El chalet Barros
También conocido como el castillo de Estoril por su aspecto de fortificación medieval, lo mandó construir en 1894 Joao Martins de Barros sobre las ruinas de un antiguo fuerte que protegía la bahía.
Óbidos, la ciudad amarilla y azul
Esta ciudad amurallada es un laberinto de calles empedradas adornadas con flores que le dan un colorido especial en contraste con el azul y el amarillo de sus casas, sobre todo con el sol del atardecer. Entre los muchos monumentos que ofrece me quedaría con los siguientes:
Castillo de Óbidos
Una joya que ha evolucionado con el paso de los siglos, hasta ofrecernos detalles tan extraordinarios como el arco de la entrada principal, las ventanas germinadas, de estilo manuelino, o su aljibe
Iglesia San Juan Bautista
Fue construida en 1309 por orden de la Reina Santa Isabel. Es una de las iglesias más antiguas de la villa.
Porta da Vila
Esta entrada principal de Óbidos es una puerta doble cuyo interior está recubierto de azulejos del siglo XVIII. De aquí se accede a la rua Direita, la calle principal.
El Plourinho
Monumento cilíndrico que se utilizaba durante la Edad Media como lugar en el que se administraba justicia. Es Monumento Nacional desde 1910.
Évora
Situada al Este de Lisboa, es la capital de la región del Alentejo, famosa por la calidad de sus vinos. Tiene el honor de ser la única ciudad del país que forma parte de la Red de ciudades más antiguas de Europa. Su centro histórico está muy bien conservado, y es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde el año 1986 por albergar en él lugares como su templo Romano, la Catedral de Évora, la Universidad o la Iglesia de San Francisco.
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